
Si una mujer libre tenía un hijo de un esclavo, era degradada de su clase social y descendía al nivel del padre de la criatura. En cambio, la esclava que tenía un hijo de su dueño, aunque no ascendía en la categoría social, ganaba merecimientos, pues había incrementado el poder personal del dueño con un nuevo servidor. Por lo demás, la condición de la mujer era en todo igual a la del hombre.
Una persona podía convertirse en thrall para evitar la hambruna, siendo capturado, vendido o nacido en una familia thrall. Los primeros se consideraban la forma más vergonzosa de convertirse en esclavos y fue el primer método de esclavitud prohíbido en la sociedad vikinga. La forma más común de conseguir esclavos era la captura de prisioneros en las incursiones y campañas en el extranjero o la compra de extranjeros. Como la esclavitud en la Antigua Roma, los thralls escandinavos podían pertenecer a cualquier origen étnico. Además, un esclavo poseía cierta posición social, pero en un menor grado que otras clases en la sociedad, parecido a un trabajador Domestico.
El amo de un thrall tenía el poder sobre su vida y muerte. Un thrall podía usarse como sacrificio humano en el funeral de un caudillo Vikingo. Un niño nacido del vientre de una mujer thrall se consideraba thrall de nacimiento, pero un niño nacido del vientre de una mujer libre, aunque el padre fuese thrall, se consideraba individuo libre.
Cuando llegó el Cristianismo al norte de Europa, hubo un incremento en la demanda de esclavos que no fuesen cristianos, y los escandinavos tenían de facto el monopolio en el intercambio de esclavos por su acceso geográfico a grandes masas de población pagana.

No hay comentarios:
Publicar un comentario